FOP. Es conocido como el “síndrome del hombre de piedra”.
Cuando uno se imagina una persona convertida en piedra puede pensar en Medusa, ese monstruo mitológico que castigaba de esa manera a las personas que se atrevían a mirarla fijamente a los ojos.
No obstante, existe una enfermedad que provoca un resultado muy similar. Se trata de la fibrodisplasia osificante progresiva (FOP), un trastorno hereditario óseo que destruye y reemplaza el hueso normal con tejido óseo fibroso. Es conocido como el “síndrome del hombre de piedra” y su efecto más devastador es que puede dejar a las personas completamente inmovilizadas, como estatuas vivientes.
Uno de los casos más difundidos de esta patología es el de Ashley Kurpiel, estadounidense de 33 años. Los médicos le diagnosticaron cáncer a los 2 años y medio y le amputaron el brazo al pensar que así extraían un tumor maligno. No fue hasta cinco meses después que los doctores se dieron cuenta del error y le dijeron que lo que sufría era FOP.
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